Música de ascensor
En el asecnsor del edificio conocí a alguien. Parece más joven que yo. Es mujer. Debe tener dieciseis o diecisiete años. Es rubia. Llevaba puesta una camisa. Y una falda. Su facha era elegante, por así decirlo. Su pelo estaba mojado. Como que recién había salido del bañó. Igual que yo. Yo acababa de salir de casa.
Cuando llegamos al piso de abajo me sonrió. Le devuelvo el gesto pero no logro entender qué significa. Ni lo suyo ni lo mío. Me quedo idiotizado. Por algo tan pequeño. No es la primera vez. Suelo comportarme así.
¿Qué puede significar un cruce de miradas? ¿Una sonrisa? No tengo ideas en mi cabeza al respecto. Nací así. Me conmueven las mujeres que conozco. Pero nunca pasa de ahí.
Caminé incómodo detrás de ella. Se detuvo en la puerta. Me miró y me dijo que había olvidado las llaves. Sonreí y abrí la puerta con las mías. Le cedí el paso. Sin dejar de sonreir. Teniendo pequeños espasmos, me imagino. Y salimos.
No tenía acento argentino. Le seguí como por una cuadra. Poco a poco. Volví a pensar. Despertó mi cerebro.
Dijo "olvidé las yaves". No pronució el "sh".
Yo sólo sonreí.
Ahora estoy varado. Mirando revistas en un puesto de revistas. Hay una que se llama Fierro, hay otra que se llama THC. Compro ambas. Hay una revista de música y una de fútbol. Compro ambas. Hay muchas más revistas. Compro una que se llama Economía. LAs guardo en un bolso que compré ayer. Compro, compro y compro. Me consumo.
Sigo caminando como dos cuadras. Cuando salí de la casa pensé caminar hasta el centro. Bajo al subte. Pero vuelvo a la calle. Por el otro lado. No me decido a nada. Bajo una vez más. Pago un pasaje y espero. El olor a subte es el mismo olor bajo tierra que encima. El olor se filtra de abajo hacia arriba e inunda las calles. Yo estoy abajo. Hay un televisor. Una propaganda de muchas personas bailando en una playa. Es una coreografía. Quito la vista de la pantalla. Llega el metro. Adentro no hay donde sentarse. Me bajo luego de dos paradas. No aguanto el calor. Siento que es de noche. Deben ser las cuatro. Oscurece a las siete. Vuelvo a la calle. Adentro, afuera. Arriba, abajo. Los ciclos se repiten. Los movimientos son iguales.
Camino un poco. Llamo a un taxi. Viajo en silencio. Le pedí al chofer que manejara por "esta avenida". El chofer no necesita saber más. Conduce. Tengo mi bolso con las revistas a mis pies. Va a ser una tarde larga. Voy a gastar mucha plata en este taxi.