Tamagotchi
"Tienes un tamagotchi."
"Si."
"Y todavía juegas con tu tamgotchi, no estás un poco grande ya."
"Qué te pasa. Es mi tercer tamagotchi. Esta es nieta de mi primer tamagotchi."
"¿En serio?"
"Sí."
"¿Y que sabe hacer?"
"Todo. Es mi mascota."
"¿Qué está haciendo ahora?"
"Se acaba de despertar. Le voy a dar de comer. Si no come luego de su siesta se pone histérica, como yo. Vamos a la cocina."
"¿Necesita comer en la cocina?"
"No. Yo voy a comer en la cocina. Y el tamagotchi viene conmigo. En mi bolsillo."
"¿Qué pasaría si no le das de comer?"
"Primero se pone histérica. Luego se pone debil. Y luego puede morir. Mi prima mató a uno de sus tamgotchis así. No le quería. Era el hijo de su primer tamagotchi pero ella no le quería."
"Y cómo tienen hijos."
"Primero se conoce con otro tamagotchi, se conectan o no se conectan, porque a veces no se caen bien. Se enamoran o no se enamoran y luego... bueno es un proceso largo. Puede tardar días. El tamgotchi de mi prima era tío de este tamagotchi."
"¿En serio? Y le dio pena cuando se murió."
"Claro. Pasó dos o tres días llorando. No quería comer. No quería dormir. Fue horrible. Pero ahora está bien."
"¿Cómo será vivir ahí adentro?"
"Debe ser hermoso."
Victoria come. Su tamagotchi ya comió. Yo tomo un vaso de agua. Me quedo pensando en los tamagotchis. Mi hermana tenía uno, creo. Yo nunca tuve tamagotchi. Voy al baño. Regreso a ver a Victoria, porque me pregunta adonde voy. Está nerviosa conmigo en su departamento. Me dice que no demore. Regreso. De la nada se pone a hablar de películas.
"¿Has visto La mosca?"
"No."
"Es muy buena. Yo siempre he pensado que los moscos son seres miedosos. Más miedosos que los monstruos clásicos. Frankenstein, el hombre lobo, no son nada comparados con una mosca común y corriente. Drácula es distinto. Los vampiros son como las moscas."
"¿Tienes miedo a las moscas?"
"O sea les puedo matar si vienen a molestar. Pero no me gustan para nada."
"En el departamento de abajo no hay muchas moscas."
"No. Aquí tampoco. Por suerte. Mi casa en Lima estaba plagada con moscas."
"En Quito igual, hay muchas moscas."
"Sólo imaginate. Chupan tu sangre. Viven alrededor tuyo. Son negras y peludas. Tienen visión como de kaleidoscopio. No mueren fácilmente. A veces siguen después de varios golpes. A veces resucitan y salen volando cuando tu ya las hacías muertas. Son tenebrosas. Incluso yo encuentro una inteligencia muy avanzada en ciertas moscas. Como que nos reconocen. Como que tienen conciencia de vivir entre nosotros. Igual que nosotros tenemos conciencia de vivir entre ellas. Incluso alguna vez me he topado con una mosca particularmente conciente. Una mosca que te reta y trata de llamar al resto de moscas a rebelarse en contra de nuestra arbitraria forma de matar moscas. Moscas profetas. Puede ser que en el futuro las moscas evolucionen y nos puedan hacer más daño. Puede que en otra época la gente piense dos veces antes de agarrar el mango de un matamoscas."
"Nunca había pensado en eso."
"Por eso me gusta la película la mosca. Describe a un monstruo particularmente miedoso."
Esa noche regreso a mi departamento sintiéndome mal. Victoria ni siquiera me besó cuando nos despedimos. Siento que se aleja de mi. Siento que debería ver más películas para no quedarme callado mientras ella habla. Y al mismo tiempo, no me importa tanto. Quiero hacerle el amor. Eso es indudable. Pero dudo que lo logre. Y mientras tanto, tengo otras cosas en mente. Tu. La plata. Volver al Ecuador. Volver a fingir la muerte.
El departamento de arribla es extraño. Está afectando mi relación con Victoria. Voy a dejar de ir algunos días o volver mañana y abrir esa puerta, de ese cuarto que me está prohibido. Quiero verle la cara al notario.