El baño
A veces suceden accidentes en los baños.
Un primo mío se cayó en la tina y quedó tartamudo. Se golpeó la cabeza. Yo me caí hoy, justo en el momento en que sonaba el timbre. Me duchaba. El agua fría enfríaba mi cabeza. Y el timbre no había sonado nunca antes desde que llegué.
Al principio ni siquiera sabía lo qué era. Me parecía un sonido extraño. Me dejó paralizado. Pensando. Y cuando reaccioné, cuando salí de la ducha, me resbalé. En la mañana había sacado la toalla que estaba en el piso a la terraza. Eso fue después de lavar los platos y la ropa. Sacudí la toalla y la dejé colgada. Afuera de la ducha pisé mal, o demasiado bien. Mi talón derecho resbaló. Todo mi cuerpo se levantó. Y me golpié la parte de atrás de mi cabeza. Con el filo de la tina. Me quedé quieto. De nuevo. Diría seco pero estaba empapado. El timbre sonó una vez más. Yo cerré los ojos. Y me incorporé. Las manos en la parte de atrás de mi cabeza. Por suerte no había sangre. Pero dolía.
Me sequé el cuerpo. Fui a la puerta pero no había nadie.
No hice nada el resto del día. Vacié mi cabeza frente a la tele. Vi dibujos animados. Vi una película sobre un profesor de colegio. Vi un programa sobre el mar. Me quedé dormido un rato. Pero no dormí bien. Finalmente algo atrajo mi atención. Había un programa sobre Jesucristo. Hablaba con sus discípulos y les decía que volvería de la muerte. Que nadie lo había hecho antes pero que él sería el primero. Que crean en él.
San Pedro le miró con devoción. Luego, San Pedro y los otros esperaban sentados en un monte. Pasaron días. Pasaron semanas. Los apóstoles decidieron abrir la tumba donde estaba Jesús. Quitaron una piedra inmensa que había ahí y empezaron a llamar a Jesús. Finalmente encuentran su cadaver. Su cuerpo ensangrentado y hediondo. No lo podemos ver pero las reacciones de los apóstoles dicen todo. Retiran las vendas que cubren a Jesús. San Pedro decide beber la sangre del mesías en un vaso de barro. Los otros hacen lo mismo. Después San Pedro corta un pedazo de la piel de Cristo con un cuchillo y se lo come. Los otros hacen lo mismo. San Pedro dice que Jesús ha resucitado en ellos. En ese momento hay un corte a propagandas y el programa nunca vuelve. En ese mismo canal empieza a dar un reportaje sobre la segunda guerra mundial. Pero el programa no empieza, ya está empezado. Es muy extraño. O no tanto. ¿Y la disentería de los apóstoles?